Cuidados y Recomendaciones
- Portal del Adulto Mayor
- 22 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 jul
Los factores que influyen para que una persona mayor deba recibir atención por parte de un cuidador son:

Físicos
Asociados a la edad, deterioro del cuerpo por envejecer.
Asociados a enfermedades o inmovilidad.
Disminución de la visión y audición. Secuelas neurológicas.
Por efectos secundarios de uno o varios medicamentos.
Psicológicos
Depresión.
Alteraciones de la memoria o de la conducta.
Sociales
Escasos recursos económicos.
Pobre red de apoyo familiar o social, por abandono.
Barreras arquitectónicas.
Una persona mayor necesita cuidados y ayuda para:
Realizar sus actividades diarias de la mejor manera posible.
Mantener buen estado de salud y mejorar su calidad de vida.
Tomar sus alimentos y medicinas.
Asearse e ir al baño.
Trasladarse de un lugar a otro. Socializar con los demás.
Disfrutar de un descanso adecuado y dormir bien.
Prevenir accidentes y caídas.
Los cuidados incluyen:
Tomen los alimentos a sus horas y en cantidades adecuadas.
Ingieran sus medicinas según las dosis y los horarios indicados por el médico.
Practiquen los ejercicios recomendados por el médico.
Se aseen adecuadamente.
Conforme las indicaciones del médico, llevar un registro, por ejemplo, de:
Su presión arterial.
Su temperatura. Su frecuencia cardiaca.
El nivel de glucosa en la sangre (si es necesario).
Observar e informar al médico y familiares los cambios que los adultos mayores muestren en:
La piel.
El comportamiento en general y en la conducta hacia sus familiares.
Una mayor dificultad de sus movimientos.
Auxiliar a las personas mayores para que:
Cuiden de sí mismos con la menor ayuda posible.
Lleven una vida en condiciones lo más satisfactorias.
Se sientan acompañados y socialicen con sus familiares y vecinos
Las enfermedades crónicas-degenerativas más frecuentes en las personas mayores son:
Presión alta.
Fallas de corazón.
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
Bronquitis crónica.
Tos crónica o falta de aire.
Artritis o reumas.
Osteoporosis o huesos débiles.
Incontinencia urinaria (salida involuntaria de orina).
Infecciones urinarias frecuentes.
Problemas de próstata.
Cáncer de próstata, mama o colón.
Diabetes mellitus.
Estreñimiento.
Gastritis.
Disminución de la visión.
Disminución de la audición.
Trombosis o Embolias.
Parkinson y demencias.
Fuente:
Instituto para la Atención de los Adultos Mayores de la Ciudad de México (IAAM)